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ENERGÍA HUMANA

Actualizado: 27 jun

La energía que vamos a tratar en este artículo es la bioenergía, es decir, la energía humana. A lo largo del tiempo ha sido mencionado por muchos y ha recibido diferentes clasificaciones.


Como ejemplo podemos mencionar la manera en que Cristo lo llamó “luz”, los yoguis lo llamaron “pran” o “prana” y para Hipócrates “fuerza vital de la naturaleza”.


Cuando analizamos el origen de nuestra esencia podemos observar que el ser humano está hecho de energía, y el conocimiento de la estructura atómica así lo demuestra, de hecho estamos rodeados de un océano de energía.


La suma de los campos energéticos de las células, tejidos y órganos actuando de manera organizada y reflejando la actividad del cuerpo físico, las emociones y los pensamientos, constituyen en conjunto el cuerpo energético. Por lo tanto, interactuamos con este océano bioenergético todo el tiempo.


El cuerpo energético forma campos energéticos y cada individuo tiene su propio campo energético que permea ambientes y realiza intercambios energéticos personales con otras personas. Esta realidad bioenergética no es conocida por todos, pero es de gran importancia que creemos conciencia sobre ella, ya que nos vemos afectados, y en consecuencia nos desequilibramos, lo que puede afectar nuestra salud o incluso perderla.


Para demostrar estos hechos encontramos respuestas importantes en la física cuántica, que el ser humano está construido en su materialidad por energía que vibra a una determinada frecuencia, por lo que un impedimento, un bloqueo de este estado vibracional desencadena muchos desequilibrios en su manifestación material, biológica y fisiológica.


“Cuerpo sano, mente sana”, lo que afecta a la mente afecta al cuerpo y viceversa, las emociones y pensamientos están directamente relacionados con las manifestaciones físicas ya sea de bienestar o malestar.


Otra forma de evidencia la encontramos en la medicina tradicional china, cuando estudiamos los puntos y canales de acupuntura entendemos que pueden considerarse el límite entre el cuerpo físico y el energético, poseyendo características de ambos aspectos. Los centros de energía, o chakras, son lugares donde la energía se absorbe, se administra y se externaliza.


En el eje vertical y central del cuerpo encontramos los principales centros energéticos y normalmente están asociados a un plexo nervioso autónomo, grupo de nervios espinales o una glándula endocrina. Los centros de energía están asociados con la organización segmentaria del cuerpo y del sistema nervioso.


El cuerpo energético corresponde a la suma de cada estructura que constituye al hombre y refleja la actividad del cuerpo físico, los pensamientos y las emociones.


Según la medicina tradicional china, la causa principal de la enfermedad se encuentra en el desequilibrio emocional, y dependiendo de la emoción afectamos a un órgano.


Y esto está relacionado con las frecuencias vibratorias, así la ira afecta al hígado, la tristeza a los pulmones, el miedo a los riñones, el estrés al corazón, la preocupación y la angustia al estómago.


Al tomar conciencia de estas influencias emocionales, podemos refinar la forma en que liberamos cargas emocionales y reequilibramos nuestra energía.


Muchas veces es necesaria ayuda terapéutica para ello, ya que albergar una emoción durante muchos años puede provocar daños irreversibles y quedarnos con secuelas. El autoconocimiento y la transformación interna favorecen la sanación de nuestro campo energético a través de la liberación de esa emoción.


¿Y luego?


¿Cómo están tus pensamientos? Porque es a partir de ellos que creamos nuestro campo energético, ¿es éste sano o enfermo?


Profesora Carla Guelli

Fisioterapeuta y acupunturista


 
 
 

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